Pese a una caída en el valor de sus exportaciones durante 2025, el sector forestal boliviano mantiene un saldo comercial positivo, consolidándose como uno de los pocos rubros no tradicionales con superávit externo. El desempeño refleja ajustes en mercados, costos y estructura productiva, con implicaciones relevantes para la economía nacional.

De acuerdo con datos el sector forestal boliviano cerró 2025 con superávit comercial, a pesar de registrar una caída en el valor de sus exportaciones. El resultado se explica por una reducción proporcionalmente mayor en las importaciones del rubro, así como por ajustes en volúmenes, destinos y precios internacionales.

Este comportamiento contrasta con otros sectores exportadores afectados por la desaceleración de la demanda externa y las restricciones logísticas globales, posicionando al complejo forestal como un generador neto de divisas en un contexto macroeconómico desafiante.

Implicaciones macroeconómicas y aporte externo

Desde una perspectiva macroeconómica, el superávit forestal contribuye a mitigar presiones sobre la balanza comercial y las reservas internacionales. En economías como la boliviana, donde la disponibilidad de divisas es un factor crítico, los sectores no tradicionales con saldo positivo adquieren un valor estratégico.

La caída de las exportaciones forestales se atribuye principalmente a menores precios internacionales y a una demanda más débil en mercados clave, en línea con la desaceleración económica global. Sin embargo, el sector mostró capacidad de ajuste mediante mayor eficiencia operativa y reorientación hacia productos con mayor valor agregado.Según reportes de organismos regionales y medios económicos latinoamericanos, los países que logran avanzar en transformación productiva dentro del sector forestal suelen amortiguar mejor los ciclos externos adversos.

Relevancia para Bolivia y comparación regional

En América Latina, el sector forestal es considerado un pilar potencial de desarrollo sostenible, generación de empleo y exportaciones verdes. Bolivia, con una de las mayores superficies forestales de la región, posee ventajas comparativas que aún no se traducen plenamente en valor económico.

The Economist ha señalado que la gestión sostenible y la certificación internacional son factores clave para ampliar acceso a mercados y mejorar precios, un desafío pendiente para varias economías forestales de la región.

Señales para inversión y política pública

El mantenimiento del superávit envía señales positivas a inversionistas y formuladores de política pública. Un sector capaz de sostener saldo externo positivo, incluso en fases de menor demanda, refuerza su atractivo como destino de inversión productiva y encadenamientos industriales.

La estabilidad del sector también abre espacio para discutir políticas de incentivos, financiamiento y regulación orientadas a potenciar su aporte económico sin comprometer sostenibilidad ambiental.

El desempeño del sector forestal en 2025 confirma su papel como amortiguador externo y activo estratégico para la economía boliviana. Más allá de la coyuntura exportadora, el superávit refleja un potencial estructural que podría fortalecerse con mayor valor agregado, acceso a mercados y estabilidad regulatoria. En un contexto regional exigente, el sector emerge como una oportunidad concreta para diversificar la matriz productiva y exportadora del país.