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Bolivia se prepara para cuadruplicar sus exportaciones de carne bovina tras apertura comercial con Egipto

Bolivia se prepara para cuadruplicar sus exportaciones de carne bovina tras apertura comercial con Egipto

Con el reciente acuerdo con Egipto y la certificación sanitaria correspondiente, Bolivia prevé un aumento de cuatro veces en sus envíos de carne de res al exterior, abriendo mercado hacia más de 22 países del mundo árabe y africano.

Nuevo impulso para la exportación cárnica boliviana

El gobierno boliviano anunció que, tras concretar un acuerdo con Egipto, se espera cuadruplicar las exportaciones de carne de res, gracias a la habilitación sanitaria ya aprobada por la contraparte africana. Según datos oficiales, el nuevo destino requerirá al menos 16.000 toneladas anuales, lo que representa un salto considerable respecto a los volúmenes actuales.

La apertura no solo incluye carne bovina, también carne de pollo, lo que amplía el espectro de productos exportables. Las autoridades respectivas del país acordaron aceptar certificación Halal, un requisito indispensable para la comercialización en mercados de mayoría musulmana.

Según la gremial productora, Fegasacruz, existe un excedente de más de 100.000 toneladas de carne tras cubrir la demanda interna, lo que evidencia la capacidad estructural del país para abastecer nuevo mercado sin comprometer el consumo doméstico. Este avance contribuye a la estrategia del país para diversificar sus destinos comerciales y reducir la dependencia de los mercados tradicionales, como China o Rusia, que anteriormente concentraban la mayoría de las exportaciones cárnicas.

Contexto macroeconómico y relevancia internacional

La apertura del mercado egipcio ocurre en un momento clave para la economía boliviana. Tras meses de prohibición temporal a las exportaciones de carne decretada a inicios de 2025, medida cuya efectividad fue desestimada por el propio gobierno al admitir que no redujo los precios internos, ahora se apuesta por una política de expansión comercial.

El movimiento hacia Egipto no solo representa nuevas divisas sino una reconversión dentro de la agenda exportadora: acceder al mundo árabe y africano equivale a abrir potencial para mercados que demandan cortes especiales de alto valor, lo que podría incrementar el precio por tonelada frente al destino tradicional hacia China.

Para Bolivia, país con un sector ganadero relevante en su estructura productiva, esta diversificación puede mejorar su balanza comercial, generar ingresos en dólares y mejorar la estabilidad macroeconómica, apoyar la generación de empleo en el campo y los frigoríficos, y potenciar la inversión en infraestructura sanitaria y de producción. Además, desde una perspectiva internacional, reforzar los lazos comerciales con Egipto puede abrir una puerta de entrada a otros mercados del mundo árabe y del norte de África, incrementando la visibilidad de Bolivia como proveedor confiable de proteína animal y fortaleciendo su perfil de exportador agrícola-ganadero fuera de América Latina.

Riesgos, desafíos y oportunidades

La demanda creciente desde Egipto plantea un reto logístico: los frigoríficos habilitados deben consolidar rápidamente relaciones comerciales, asegurar la calidad del producto, mantener certificados Halal, y garantizar consistencia en los envíos. Si no se organiza adecuadamente, existe el riesgo de incumplimientos que podrían afectar la reputación del país.

Por otro lado, la diversificación exportadora ofrece una oportunidad estratégica para el país: consolidar cadenas productivas en niveles superiores, atraer inversión privada en transformación y logística, y, con ello, profesionalizar el sector ganadero.

La apertura del mercado egipcio representa una oportunidad histórica para Bolivia: combina la capacidad productiva nacional, demostrada por excedentes estructurales, con una demanda internacional significativa, en un segmento de alto valor. Desde una perspectiva macroeconómica, este giro puede contribuir a mejorar la balanza de pagos, fortalecer el sector agroexportador y diversificar los riesgos comerciales. Sin embargo, para que ese potencial se concrete, será fundamental que las autoridades y los actores privados coordinen eficientemente logística, estándares sanitarios y comerciales, y que todo aumento exportador vaya acompañado de políticas de producción sostenible y de regulación del mercado interno. Si lo hacen, Bolivia podría no solo “cuadruplicar exportaciones” sino consolidar un nuevo eje de desarrollo económico en el mediano plazo.