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Bolivia rebaja su riesgo país y abre camino para atraer capital e inversión extranjera

  • En Pais
  • 14 de noviembre de 2025
Bolivia rebaja su riesgo país y abre camino para atraer capital e inversión extranjera

La percepción de riesgo sobre Bolivia se ha desacelerado notablemente tras la sucesión presidencial, con indicadores que retornan a niveles no vistos desde 2023. El cambio de sentimiento crea una oportunidad para reducir el costo de financiamiento, acelerar el acceso a crédito multilateral y atraer inversión privada, siempre que las señales de confianza se acompañen de medidas concretas y sostenibles.

El reciente avance político del presidente Rodrigo Paz y su equipo económico ha generado un cambio de ánimo entre los inversores internacionales hacia Bolivia. En los últimos meses, las emisiones de bonos soberanos bolivianos han experimentado un rally, y los analistas señalan que la prima de riesgo, medida a través del índice EMBI de J.P. Morgan, ha sufrido una compresión significativa, situando al país en una posición relativamente más atractiva que hace apenas meses.

Esta mejora del riesgo país no solo es simbólica: implica menores costos para Bolivia al acudir a los mercados internacionales de deuda, y abre posibilidades para que el Estado acceda a líneas de crédito externo en mejores condiciones, lo que puede aliviar la presión sobre las reservas y facilitar compras de insumos críticos. El entorno externo también favorece al país: los flujos hacia mercados emergentes se expanden, las tasas de interés globales se moderan y los inversionistas están atentos a oportunidades de diversificación en Latinoamérica.

Para las empresas bolivianas y los agentes económicos nacionales, esta evolución representa una oportunidad concreta: menor prima de riesgo significa menor coste de financiación y mayor previsibilidad en proyectos de inversión. Sectores como infraestructura, minería, energía renovable y agroindustria podrían beneficiarse si las condiciones se traducen en acceso a créditos comercialmente atractivos y en estabilidad regulatoria.

No obstante, los analistas subrayan que la caída de la prima de riesgo no debe interpretarse como garantía automática de crecimiento. Bolivia aún enfrenta reservas internas estrechas, elevadas obligaciones externas y la necesidad de reformas fiscales estructurales para consolidar la mejora de percepción. La otra cara de la moneda es que sin avances concretos, los mercados podrían revertir sus expectativas y el coste de endeudamiento volvería a elevarse.
La reducción del riesgo país coloca a Bolivia en una coyuntura favorable,  es una invitación a aprovechar financiamiento externo, atraer capital e impulsar inversión productiva. Sin embargo, la verdadera prueba será convertir ese entorno más benigno en resultados concretos, acumulación de reservas, reducción de la prima de riesgo de forma sostenida, y mejoras en la gobernabilidad económico-fiscal. Solo así esta ventana de oportunidad podrá traducirse en crecimiento y estabilidad real, y no quedarse en un respiro temporal para el país.