La entidad monetaria anuncia la adquisición de 17 toneladas de oro del mercado interno para reforzar sus reservas. Con este movimiento busca más margen frente a la escasez de divisas, pero plantea interrogantes sobre su liquidez real y la sostenibilidad del plan.
Una política de reservas reforzada ante la presión externa
El Banco Central de Bolivia (BCB) informó que prevé la compra de unas 17 toneladas de oro durante 2025, según declaraciones de su presidente, Edwin Rojas, concedidas a Bolivia TV. Esta cifra supera las 15 toneladas adquiridas en 2024, y se realiza en el marco de la Ley 1503, que autoriza al ente emisor a adquirir oro en el mercado interno y efectuar operaciones financieras internacionales con esas reservas.
Además, el BCB indicó que ya concretó una venta a futuro de 3 toneladas de oro, la cual generó US$ 388 millones, US$ 270 millones al inicio y US$ 118 millones al cierre, con un costo financiero inferior al 2%. Los recursos fueron dirigidos al pago de deuda externa y a la importación de combustibles.
Impacto económico: reservas sin divisas y dependencias en aumento
La compra intensiva de oro revela varios aspectos clave de la situación macroeconómica boliviana:
Restricción de divisas: La escasez de dólares impulsa al BCB a buscar activos alternativos como el oro para fortalecer las reservas. Sin embargo, el oro es menos líquido que las divisas y puede limitar la capacidad inmediata de intervenir en el mercado cambiario o en pagos externos.
Costos de oportunidad elevados: Dirigir recursos hacia la adquisición de oro puede implicar que esos fondos no estén disponibles para inversiones productivas, infraestructura o programas sociales, lo que podría profundizar el crecimiento moderado del país.
Percepción de riesgo: Si los mercados interpretan que la adquisición masiva de oro obedece más a una necesidad de cubrir debilidades que a una estrategia prudente, puede aumentar la percepción de vulnerabilidad económica del país.
El BCB destaca que la operación cumple con las disposiciones de la Ley 1503 y que busca fortalecer las reservas internacionales netas (RIN) del país. Sin embargo, la naturaleza del activo comprado (oro en vez de divisas líquidas) abre preguntas sobre la capacidad efectiva de respuesta ante choques externos inmediatos.
La iniciativa del Banco Central representa una jugada estratégica para reforzar la cobertura de reservas en un contexto de volatilidad global y restricciones de acceso al financiamiento externo. No obstante, el éxito de la medida dependerá de la capacidad de convertir ese respaldo en liquidez operativa y de mantener credibilidad en la política monetaria.