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YPFB refuerza a Santa Cruz con US$ 286 millones en inversión hidrocarburífera: apuesta por energía, renta y desarrollo regional

YPFB refuerza a Santa Cruz con US$ 286 millones en inversión hidrocarburífera: apuesta por energía, renta y desarrollo regional

YPFB anunció una inversión histórica en Santa Cruz para apuntalar exploración, producción e industrialización de hidrocarburos. La medida busca consolidar al departamento como polo energético y sostener la renta petrolera en medio de la presión fiscal y la caída de reservas

Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) aprobó una inversión de US$ 286,38 millones para Santa Cruz en la presente gestión. Los recursos se destinan a explotación (US$ 120 millones), exploración (US$ 98 millones), transporte (US$ 21 millones) y plantas e industrialización (US$ 20 millones), además de logística, refinación y comercialización.

La apuesta se da en un contexto desafiante: Bolivia enfrenta una reducción sostenida de reservas de gas natural y crecientes necesidades de importación de combustibles. Invertir en Santa Cruz, motor agroindustrial y logístico del país, busca no solo fortalecer la infraestructura energética local, sino también garantizar insumos básicos para la producción y el transporte en todo el territorio nacional.

El departamento concentra más del 30 % del PIB nacional, impulsado por la agroindustria, servicios y manufacturas. A esto se suma su creciente importancia como nodo energético, no solo por su consumo, sino por su capacidad de aportar renta petrolera.

En 2024, Santa Cruz recibió US$ 172 millones por renta petrolera, distribuidos entre gobernación, municipios y universidades. Estos fondos son vitales para financiar programas de desarrollo, infraestructura y educación superior. Con la nueva inversión, se espera reforzar ese flujo de recursos y generar efectos multiplicadores en empleo, demanda de servicios y fortalecimiento de las autonomías locales.

Impacto esperado en competitividad y desarrollo

La inversión de YPFB también tiene un efecto estratégico de largo plazo. Por un lado, fortalece la infraestructura para reducir dependencia de importaciones, que presionan las finanzas públicas y elevan el gasto en subsidios. Por otro, genera condiciones para que Santa Cruz pueda integrar su crecimiento agroindustrial con una matriz energética más confiable.

Expertos señalan que este tipo de inyecciones de capital pueden mejorar la seguridad energética, incentivar la llegada de capitales privados y aumentar la competitividad exportadora del departamento. Sin embargo, advierten que el éxito dependerá de la eficiencia en ejecución de proyectos y de una política de incentivos a la exploración que permita ampliar reservas.

Santa Cruz como vitrina del futuro energético boliviano

La decisión de priorizar inversiones en Santa Cruz es también un mensaje político y económico: apostar por el departamento con mayor dinamismo productivo, donde el impacto de cada dólar invertido tiene mayor efecto multiplicador. En un escenario regional donde países vecinos como Brasil y Argentina aceleran sus planes de transición energética y explotación de recursos, Bolivia necesita mantener competitividad y sostener ingresos fiscales.

Así, los US$ 286 millones anunciados no solo representan un plan operativo, sino una apuesta estratégica: consolidar a Santa Cruz como pilar energético nacional, sostener la renta petrolera en tiempos de escasez y abrir la puerta a un modelo de desarrollo donde energía y agroindustria caminen de la mano.