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Minerales y manufacturas impulsan exportaciones, pero la balanza comercial sigue en rojo

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  • 5 de septiembre de 2025
Minerales y manufacturas impulsan exportaciones, pero la balanza comercial sigue en rojo

Bolivia registró un superávit comercial de USD 28 millones en julio impulsado por minerales y manufacturas, pero en el acumulado de enero a julio la balanza arroja un déficit de USD 496 millones, reflejo de desequilibrios productivos y una amenaza para la estabilidad cambiaria.

Pese a encadenar tres meses consecutivos con saldo favorable —junio, julio y agosto presentaron superávit gracias al repunte exportador— el análisis de los primeros siete meses de 2025 revela una cifra alarmante: un déficit comercial de aproximadamente USD 496 millones. En julio, las exportaciones alcanzaron USD 819,7 millones, un avance mensual del 3,4 % impulsado por envíos mineros y manufacturas.

El crecimiento exportador estuvo impulsado por la minería —con aumentos del 24,8 % en plata, 12,1 % en plomo y 4,6 % en zinc— y por manufacturas como carne bovina (+91,3 %), derivados de soya (+27,7 %) y urea (+80,6 %) . Sin embargo, las importaciones también crecieron, con un incremento del 7,7 % en julio, principalmente por compra de bienes de capital y materias primas necesarias para la producción.

Déficit estructural: consecuencias cambiarias y financieras

La persistencia del déficit comercial refleja una problemática más profunda: la dependencia de pocas líneas exportadoras y una economía con baja diversificación. Esta situación acelera la presión sobre las reservas internacionales, debilita la disponibilidad de divisas y alimenta la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, que supera niveles más altos de volatilidad

Si bien el repunte exportador aporta señales positivas, los analistas advierten que los resultados por sí solos no revierten la tendencia estructural del déficit. El director del INE aseguró que el incremento sostenido de remesas y créditos externos también contribuyó a la oferta de divisas y a la reducción del tipo de cambio, pero que el déficit acumulado sigue siendo una condición preocupante.

La brecha comercial acumulada durante buena parte del año debería alertar sobre la vulnerabilidad del país ante choques externos, pero también ofrecer una oportunidad clara: diversificar la base exportadora, impulsar manufactura con valor agregado y reducir la dependencia de importaciones pesadas, en un escenario donde los flujos comerciales definen la viabilidad macroeconómica de Bolivia.