A pesar del rendimiento favorable de hasta 5 t/ha, la oferta de grano proyectada no será suficiente para satisfacer la demanda interna; productores piden atención urgente del Gobierno.
La más reciente campaña de maíz en el departamento de Santa Cruz cerrará con cifras positivas en rendimiento por hectárea, pero insuficientes para cubrir las necesidades del mercado interno. Según el presidente de la Asociación de Productores de Maíz y Sorgo (Promasor), Mario Moreno, la producción en el sur del departamento se sitúa entre 400 000 y 450 000 toneladas, mientras que la cosecha temprana en el norte y este aporta otras 250 000 toneladas. En total, la oferta estimada alcanzará entre 650 000 y 700 000 toneladas, frente a una demanda anual de aproximadamente 1,2 millones de toneladas.
Cobertura temporal del mercado interno
El déficit proyectado, cercano a las 500 000 toneladas, mantiene en alerta al sector agrícola y a la cadena pecuaria, que depende del grano como insumo clave para la alimentación animal. Pese a este panorama, Moreno señaló que el volumen disponible permitirá abastecer el mercado interno durante septiembre y octubre, periodo en el que también ingresará la cosecha de sorgo de invierno, contribuyendo a mitigar temporalmente la escasez.
En cuanto a rendimiento, la campaña en el sur de Santa Cruz alcanzó cifras favorables, con promedios de entre 4 y 5 toneladas por hectárea en una superficie cultivada de aproximadamente 115 000 hectáreas. Estos resultados son considerados positivos en un contexto marcado por limitaciones estructurales y problemas logísticos.
Limitaciones estructurales y problemas logísticos
Los productores advierten que el déficit no puede resolverse únicamente con mejores rendimientos por hectárea. Moreno subrayó que uno de los principales problemas que enfrentan es el abastecimiento irregular de diésel, lo que impacta directamente en las labores de campo, transporte y logística de distribución. Ante esta situación, instó a las autoridades entrantes a priorizar la atención a las necesidades del agro, garantizando el suministro de combustible y la planificación oportuna de medidas de apoyo.
Riesgos para la cadena alimentaria
El impacto del déficit de maíz trasciende al sector agrícola primario. La insuficiencia de grano repercute en los costos de producción de carne de pollo, cerdo y res, así como en el precio de productos derivados para el consumo humano. El desabastecimiento, advierten los productores, puede generar presiones inflacionarias en la cadena alimentaria si no se adoptan políticas de estabilización.
En este contexto, el sector productivo plantea como urgencia la implementación de políticas integrales que incluyan el fortalecimiento de cultivos de invierno como el sorgo, incentivos para ampliar la superficie sembrada y mecanismos de apoyo para garantizar la continuidad de la producción. Sin estas medidas, sostienen, el país seguirá enfrentando un déficit estructural que condiciona la seguridad alimentaria y la estabilidad de precios.