Con un alza de 5,21% en un mes, la inflación en Bolivia supera ampliamente el promedio latinoamericano y genera severas presiones en el poder adquisitivo.
Bolivia registró en junio el índice de inflación mensual más alto de América Latina, con un incremento del 5,21%, superando a países tradicionalmente más volátiles como Venezuela (4,03%) y Argentina (1,60%). Este fenómeno sitúa a la economía nacional en un nivel de tensión no visto desde los años ochenta, y ya ubica a la acumulada del primer semestre en un preocupante 15,53%
Presión de precios en el consumo y en el mercado cambiario
El rápido deterioro del poder de compra se refleja en la pérdida real de hasta el 24% del valor de la moneda local frente al dólar . El alza de precios, impulsada por el encarecimiento de alimentos básicos y servicios diversos, eleva el costo de vida de los hogares y repercute en una menor confianza de consumidores e inversores.
Mientras tanto, la brecha cambiaria paralela ha superado el 120%, presionando aún más los precios de insumos importados y bienes esenciales. Este comportamiento contrasta con la calma inflacionaria observada en países como Paraguay, Costa Rica y Perú, que en junio registraron datos cercanos a cero
Causas y marco de vulnerabilidad
El economista Fernando Romero, del Colegio de Economistas de Tarija, describió este episodio como una ruptura histórica en los precios, impulsada por distintos “choques”, desde problemas de abastecimiento hasta depreciación y especulación. El INE atribuye el aumento de junio a interrupciones logísticas provocadas por bloqueos, que afectaron el suministro de alimentación y presionaron los precios
Entre los alimentos más afectados se cuentan el pollo, la carne y verduras como cebolla y papa, cuyos encarecimientos específicos elevaron el componente alimentario hasta un alza interanual cercana al 31%, el nivel más alto desde 2009
Comparativo regional y riesgos económicos
Bolivia emergió como la economía más inflacionaria de Latinoamérica en junio, en un entorno sin volatilidad similar en la región Mientras países vecinos marcan cifras negativas o de moderada variación mensual, Bolivia destaca por su ritmo inflacionario sin precedentes, tanto en cifras mensuales como acumuladas.
Este escenario pone presión sobre la credibilidad institucional, las estrategias de estabilización monetaria y la sostenibilidad de las reservas internacionales. Además, plantea una amenaza creciente al consumo interno, la capacidad de deuda pública y la confianza de inversionistas.
La aceleración inflacionaria en Bolivia demanda una respuesta urgente en áreas como política monetaria, gestión fiscal y regulación de la cadena de abastecimiento. Si bien los bloqueos han sido el detonante puntual, el problema radica en la fragilidad estructural del sistema.