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Deuda externa de Bolivia exige ajustes profundos para la próxima gestión

  • En Pais
  • 8 de julio de 2025
Deuda externa de Bolivia exige ajustes profundos para la próxima gestión

El incremento del pasivo externo refleja una creciente dependencia del financiamiento multilateral y bonos soberanos.

La deuda externa de Bolivia alcanzó un récord de US$ 13.345 millones a principios de 2025, una cifra que dejará a la próxima administración ante un reto fiscal significativo. El crecimiento acelerado de esta obligación, tanto en préstamos multilaterales como bonos soberanos, refleja una necesidad creciente de financiamiento para cubrir compromisos, mientras pone presión sobre las finanzas públicas.

Según el Banco Central, más del US$ 11.495 millones corresponden a créditos de largo plazo y otro US$ 1.850 millones están en títulos de deuda soberana. Los principales acreedores son organismos multilaterales como el BID (31,7 %), la CAF (21,5 %) y el Banco Mundial (12,2 %), así como lazos bilaterales con China, Francia y Alemania. A pesar del aumento, el Gobierno ha cumplido con los pagos programados: hasta junio abonó US$ 764 millones, el 45 % del servicio total anual, sin incurrir en retrasos ni impagos. Asimismo, las Reservas Internacionales Netas ascendieron a US$ 2.807 millones, ayudadas por ingresos del oro, destacando un crecimiento de US$ 830 millones en el primer semestre.

Paradigma financiero para la nueva administración

A pesar de cubrir los pagos, especialistas advierten que el tamaño de la deuda genera un peso presupuestario creciente. Según el ex presidente del Banco Central, Juan Antonio Morales, la actual situación es inédita en términos de fragilidad financiera; recomendó ajustes en el gasto público y explorar renegociaciones para aliviar la presión de los vencimientos.

René Martínez, de la Fundación Jubileo, considera que Bolivia debe evitar un default, pero reconoce la urgencia de reestructurar la deuda para aliviar la carga fiscal, mencionando al FMI como posible mediador. Fernando Romero, experto financiero, añade que el próximo año se deberán pagar más de US$ 400 millones solo en intereses, lo que implica un ajuste integral del tipo de cambio, subvenciones a combustibles y del gasto público.

Implicaciones macroeconómicas y perspectivas

Bolivia enfrenta una paradoja: crece la deuda, pero también la capacidad para pagarla se mantiene, gracias a reservas reforzadas y disciplina en los pagos. El verdadero desafío será equilibrar ambas realidades sin sacrificar inversión ni estabilidad social.

Para ello, se requiere una política coherente: combinar renegociación de plazos e intereses con control del gasto corriente y fortalecimiento del rescate productivo. especialmente en hidrocarburos, minería y agroexportaciones, para generar divisas sostenibles.

Además, la próxima administración deberá considerar ingresos futuros por oro, fuentes alternativas de crédito y una mayor transparencia financiera para recuperar la confianza de los mercados internacionales.

Bolivia se acerca a un umbral fiscal crítico. La deuda externa de US$ 13.345 millones impone condiciones que demandan una hoja de ruta con énfasis en reestructuración, disciplina fiscal y nuevas fuentes de crecimiento. El manejo de este reto definirá la capacidad del país para mantener solvencia, estabilidad económica y acceder a financiamiento en un contexto internacional cada vez más exigente.