Tras meses de bloqueos partidarios, Bolivia libera recursos para enfrentar escasez de combustible, inflación y déficit de divisas.
El Senado de Bolivia dio luz verde a dos nuevos préstamos externos por un total de US$ 250 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en medio de una crisis económica causada por la falta de divisas, escasez de combustible, una inflación récord y una presión constante en las reservas internacionales, según informó Bloomberg Línea.
Avance legislativo tras meses de estancamiento
Desde 2023, la aprobación de créditos al exterior quedó en un limbo debido al enfrentamiento entre el presidente Luis Arce y el expresidente Evo Morales, que paralizó al Congreso y retrasó desembolsos clave. La crisis electoral y tensiones partidarias bloqueaban el acceso a recursos multilaterales Esta semana, en una sesión de emergencia, ambas cámaras levantaron el veto político y aprobaron un préstamo de US$ 250 millones del BID, específicamente orientado a cubrir emergencias vinculadas a salud, desastres y abastecimiento energético . La Cámara de Diputados ya había autorizado previamente dos créditos por US$ 160 millones, que también avanzan hacia la sanción definitiva.
Gobierno busca estabilizar economía antes de elecciones
El presidente Arce declaró que estos recursos permitirán frenar la aguda escasez de combustible y contener la presión inflacionaria antes de los comicios presidenciales de agosto. Aseguró que la prioridad es mantener una economía en crecimiento y evitar que la inflación continúe golpeando el poder adquisitivo de la población. En paralelo, el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, indicó que Bolivia requiere alrededor de US$ 1.800 millones para asegurar la provisión de combustibles y cubrir obligaciones de deuda hasta fin de año. Añadió que -aunque el país enfrenta escasez de divisas- el riesgo de impago no está contemplado.
Presión económica y riesgos macroeconómicos
La urgencia para aprobar los préstamos refleja una situación crítica: la escasez de dólares desde 2023 ha limitado importaciones clave y generado la inflación más alta en 34 años. Además, la falta de combustibles generó bloqueos, paros y un impacto directo en la movilidad urbana y regional.
Incluir a Bolivia bajo mayor presión financiera -según el presidente- se debió a una “retención política” de los créditos, más que a limitaciones técnicas. Este desbloqueo legislativo, por tanto, no solo desbloquea dinero, sino también confianza.
Con el aval del Senado, el BID podrá desembolsar los primeros US$ 250 millones, destinados a aliviar emergencias en salud, peligros naturales y escasez logística. Quedan pendientes otros créditos por US$ 160 millones aprobados por Diputados, además de solicitudes adicionales por hasta US$ 1.800 millones que requieren revisión legislativa.
Así, el éxito de estos desembolsos dependerá de que el Parlamento continúe apoyando, y de que los recursos se utilicen de manera eficiente y transparente. De lo contrario, la crisis de liquidez y abastecimiento podría prolongarse en lo que resta del año.