La menor demanda externa y el efecto de nuevos aranceles reflejan un cambio estructural en la balanza comercial estadounidense.
Estados Unidos registró la mayor reducción mensual de su déficit comercial desde que existen registros, impulsada por una contracción inusual en las importaciones y una leve mejora en las exportaciones. La caída responde a factores internos y externos, incluidos ajustes empresariales frente a nuevas políticas arancelarias y una menor presión sobre las cadenas de suministro globales.
Cambio drástico en el flujo comercial
De acuerdo con el Departamento de Comercio, el déficit de bienes y servicios cayó a US$61.600 millones, una cifra que representa una reducción del 55,5% respecto al mes anterior y marca el nivel más bajo desde 2023. Esta mejora se debió en gran medida a una caída del 16,3% en las importaciones, la más pronunciada desde la pandemia, cuando el comercio internacional enfrentó una parálisis global.
Los sectores más afectados por la contracción fueron bienes de consumo duradero, maquinaria y productos manufacturados, categorías que han sido sensibles al aumento de aranceles aplicados por Washington en abril. El gobierno estadounidense endureció las condiciones comerciales como parte de una estrategia para proteger la producción local y reducir la dependencia de proveedores estratégicos, especialmente de Asia.
Efecto en el crecimiento económico y lectura geopolítica
La mejora de la balanza comercial podría traducirse en un impulso temporal al crecimiento económico, luego de que el comercio exterior restara dinamismo al PIB en el primer trimestre. Sin embargo, economistas advierten que este repunte podría ser efímero, ya que la caída de importaciones obedece más a un reajuste empresarial que a un crecimiento sostenible de la demanda externa.
Además, el descenso de las importaciones también sugiere una moderación en el consumo interno y una mayor cautela de las empresas frente al entorno global, marcado por tensiones geopolíticas, políticas industriales más agresivas y un dólar fuerte que encarece las compras desde el exterior.
En paralelo, las exportaciones estadounidenses crecieron levemente, apoyadas por el dinamismo de sectores energéticos y bienes intermedios. No obstante, analistas subrayan que la solidez exportadora dependerá de la resiliencia de socios comerciales clave como Europa, México y Canadá, en medio de un clima económico aún volátil.