Pekín contraataca tras las medidas de Trump, elevando las tensiones económicas globales.
China ha anunciado la imposición de aranceles del 84% a todas las importaciones provenientes de Estados Unidos, en respuesta directa a los recientes incrementos arancelarios implementados por la administración de Donald Trump. Esta medida, que entrará en vigor el 10 de abril, marca una escalada significativa en la disputa comercial entre las dos principales economías mundiales.
El Ministerio de Finanzas chino comunicó que esta decisión es una reacción al «repetido error» de Estados Unidos en su política comercial. Pekín ha reiterado que las guerras comerciales no tienen ganadores y ha criticado las políticas proteccionistas de Washington. Además, China ha añadido a 12 nuevas compañías estadounidenses, incluidas BRINC y Novotech, a su lista de control de exportaciones, con el fin de limitar el comercio de productos de doble uso civil y militar.
Por su parte, el presidente Trump ha defendido las acciones de su administración, argumentando que los aranceles buscan corregir desequilibrios comerciales y proteger la propiedad intelectual estadounidense. Sin embargo, estas medidas han generado preocupación entre legisladores y grupos industriales, quienes advierten sobre posibles repercusiones económicas negativas, incluyendo la inestabilidad del mercado y una posible recesión. Los mercados financieros han reaccionado con volatilidad ante esta escalada. Los futuros del Nasdaq 100 cayeron un 0,8%, mientras que el Stoxx 600 europeo descendió un 4%. Además, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años aumentó a 4,386%, reflejando la inquietud de los inversores.
A nivel internacional, la Unión Europea también ha tomado medidas en respuesta a las políticas arancelarias de Estados Unidos, aumentando en un 25% los aranceles a una variedad de productos estadounidenses. Hungría fue el único país del bloque que votó en contra de esta represalia comercial.
En América Latina, países como Argentina, Brasil y México monitorean de cerca la situación, evaluando posibles impactos en sus economías, dada la interconexión comercial con ambas potencias. Analistas advierten que la prolongación de esta guerra comercial podría desacelerar el crecimiento económico global y alterar las cadenas de suministro internacionales. Empresas multinacionales están evaluando estrategias para mitigar los efectos de los aranceles, incluyendo la reubicación de operaciones y la búsqueda de nuevos mercados.