Tras cerrar 2024 con una inflación del 9,97%, Bolivia comienza 2025 enfocada en mitigar los efectos económicos adversos. Las autoridades han introducido medidas para impulsar la producción y controlar los precios, mientras hogares y empresas buscan adaptarse al nuevo panorama económico.

Medidas gubernamentales para enfrentar la inflación

El gobierno boliviano ha implementado varios decretos supremos vigentes desde el 1 de enero de 2025, orientados a reforzar la economía y promover la sostenibilidad en el sector energético. Entre estas medidas se incluye la reducción del Impuesto al Valor Agregado al 0% para la importación y comercialización de plantas industriales y bienes de capital destinados a los sectores agropecuario, industrial, construcción y minería.

Además, el presupuesto estatal para 2025 refleja un incremento en el gasto público, alcanzando un 8,5% más que el año anterior. Del presupuesto consolidado se destina el 58,8% a gastos corrientes, el 17,2% a gastos de capital y el 24,0% al uso de fondos. Se asignan Bs 15.156 millones para subvenciones de carburantes, insumos y aditivos, y Bs 750 millones para alimentos como trigo, maíz y arroz.

Impacto en hogares y empresas

A pesar de estas iniciativas, las familias bolivianas continúan enfrentando desafíos debido al aumento de precios en productos esenciales. El Índice de Precios al por Mayor (IPM) registró un incremento del 1,82% en diciembre de 2024, lo que sugiere una posible repercusión en los precios al consumidor en los próximos meses.

Las empresas, por su parte, deben adaptarse a un entorno económico complejo, marcado por la inflación y la escasez de dólares que persiste desde 2023. Expertos señalan que, para revertir esta situación, sería necesario considerar medidas como la reducción del gasto público, aunque estas son resistidas por el Ejecutivo. Las industrias enfrentan mayores costos de producción, derivados de insumos importados más caros y aumentos en tarifas de servicios como electricidad. Esto ha llevado a que muchos empresarios replanteen estrategias, optando por optimizar recursos y priorizar mercados más rentables.

Un experto del ámbito económico sugiere que para las empresas, la clave en este contexto es invertir en eficiencia y explorar oportunidades en mercados emergentes, mientras se fortalecen cadenas de suministro locales para reducir la dependencia de importaciones.

Analistas económicos sugieren que, aunque se espera una reducción de la inflación en 2025, esta aún podría mantenerse por encima de los niveles deseados. Por ello, recomiendan fortalecer la producción interna y diversificar la economía para disminuir la dependencia de factores externos que afectan la estabilidad económica del país.