Medida busca estabilizar precios y asegurar abasto de harina en medio de tensiones internacionales.
En una acción clave para proteger la cadena de suministro alimenticio, el gobierno boliviano ha decidido extender la libre importación de trigo y sus derivados. Esta decisión responde a los desafíos de garantizar el acceso a insumos esenciales y combatir la inflación en un contexto global incierto.
Estrategia gubernamental ante un escenario desafiante
El gobierno boliviano anunció la ampliación del régimen de libre importación de trigo hasta finales de 2025. La medida busca mitigar las consecuencias de las fluctuaciones de precios en los mercados internacionales y asegurar un abastecimiento constante de harina para los productores de pan y derivados.
La decisión también apunta a estabilizar los precios internos, un factor crítico considerando que el pan es un alimento básico en la dieta de la población. Según datos de organismos sectoriales, la demanda nacional de trigo supera las 750 mil toneladas anuales, de las cuales más del 50% se cubre con importaciones. “Garantizar el acceso a insumos es prioritario para proteger la economía familiar y fortalecer la producción interna”, declaró un representante del Ministerio de Desarrollo Productivo.
Impacto en los sectores productivo
La extensión de la medida también tiene implicaciones directas para los pequeños y medianos panaderos, quienes representan una parte significativa del mercado de alimentos en Bolivia. Esto contribuirá a reducir presiones inflacionarias que afecten los precios al consumidor, aliviando el gasto promedio de los hogares. En el contexto global, las tensiones geopolíticas y los eventos climáticos extremos han impactado negativamente la producción de trigo en grandes exportadores como Rusia y Ucrania, elevando el costo del grano en los mercados internacionales. En respuesta, Bolivia está redoblando esfuerzos para diversificar sus proveedores, explorando opciones en Argentina, Estados Unidos y Canadá.
Si bien la libre importación es una herramienta a corto plazo, el gobierno también ha destacado la importancia de fomentar la producción local de trigo. “Invertir en tecnología agrícola y apoyo a los productores nacionales es crucial para reducir nuestra dependencia externa”, agregó el viceministro de Desarrollo Rural. Expertos económicos han subrayado que este equilibrio entre importaciones y producción local podría reforzar la soberanía alimentaria en el largo plazo, aunque reconocen que los desafíos son significativos debido a la limitada infraestructura y acceso a financiación que enfrenta el sector agrícola.