El organismo internacional estima un desempeño muy por debajo de las expectativas oficiales.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha ajustado a la baja su proyección de crecimiento para Bolivia en 2024, situándola en un 1,7%, significativamente por debajo del 3,71% previsto por el Gobierno. Según el informe ¨Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2024¨ de la CEPAL, Bolivia experimentará un crecimiento económico del 1,7% en 2024, posicionándose entre las economías de menor expansión en la región. Esta cifra contrasta notablemente con la proyección oficial del Gobierno boliviano, que estimaba un crecimiento del 3,71%.
El economista Fernando Romero señala que esta discrepancia refleja los desafíos económicos actuales del país, incluyendo una crisis fiscal, cambiaria y monetaria, además de conflictos sociales que han afectado la actividad económica. Romero advierte que estos factores podrían conducir a una estanflación, combinando estancamiento económico con alta inflación, lo que incrementaría la pobreza en Bolivia.
Inflación en aumento
La CEPAL también destaca que, mientras la inflación tiende a disminuir en la mayoría de las economías de la región, Bolivia ha experimentado un incremento significativo. Con una inflación acumulada del 8,82% y una interanual del 9,51%, el país se ubica como la tercera economía más inflacionaria de América Latina, solo por detrás de Argentina y Venezuela.
Este aumento inflacionario se atribuye a un déficit fiscal sostenido durante más de una década, que ha debilitado la moneda nacional y reducido el poder adquisitivo de los ciudadanos. La CEPAL advierte que, de no implementarse medidas correctivas, la economía boliviana podría enfrentar una recesión prolongada y una crisis de balanza de pagos.
A nivel regional, la CEPAL proyecta un crecimiento económico moderado para América Latina y el Caribe, con una tasa del 2,2% en 2024 y una ligera mejora al 2,4% en 2025. Sin embargo, Bolivia se encuentra por debajo de este promedio, lo que refleja la necesidad de adoptar políticas económicas más efectivas para estimular el crecimiento y controlar la inflación.