Con un déficit fiscal estimado en 9,2% y una inflación proyectada del 7,5%, el país enfrenta retos en sostenibilidad financiera
El Gobierno de Bolivia presentó un presupuesto consolidado de Bs 296.500 millones para 2025, priorizando inversión pública y gasto social. Sin embargo, expertos advierten sobre los riesgos de un creciente déficit fiscal y tensiones económicas. El presupuesto general del Estado para 2025, aprobado por el Gobierno boliviano, refleja un incremento significativo con respecto al año anterior. Este aumento busca mantener políticas expansivas, priorizando sectores como salud, educación e infraestructura. En este contexto, se proyecta un crecimiento económico del 3,1%, impulsado por una mayor inversión pública de aproximadamente Bs 45.000 millones.
No obstante, los indicadores económicos presentan desafíos considerables. La inflación, estimada en 7,5%, podría agravar las dificultades que enfrentan los bolivianos debido al aumento en el costo de productos básicos. Asimismo, el déficit fiscal, proyectado en 9,2%, supera los límites recomendados para una gestión sostenible, poniendo en duda la capacidad del país para manejar su deuda pública.
En términos de ingresos, el presupuesto contempla una caída en la recaudación por hidrocarburos, un sector históricamente clave para Bolivia. Esto subraya la necesidad de diversificar la economía, una tarea pendiente que podría fortalecer al país frente a fluctuaciones en los mercados internacionales.
Para los empresarios, este panorama económico representa tanto desafíos como oportunidades. Si bien la inversión pública puede estimular ciertos sectores, el déficit fiscal y la falta de divisas generan incertidumbre para la inversión privada. La escasez de dólares, sumada a las presiones inflacionarias, podría afectar las operaciones de importación, claves para muchas empresas nacionales. Especialistas destacan la importancia de implementar reformas estructurales que promuevan la inversión privada y optimicen el uso de recursos. Una revisión del sistema de subsidios, en particular en el sector energético, y medidas fiscales más equilibradas son esenciales para garantizar la estabilidad económica del país.
