La volatilidad cambiaria afecta importaciones, exportaciones y costos operativos en el sector privado.
El aumento sostenido del dólar en el mercado paralelo, refleja una creciente escasez de divisas en Bolivia. Este fenómeno genera presión inflacionaria, afecta al comercio exterior y plantea desafíos significativos para la economía nacional, particularmente en sectores clave como el industrial y el exportador. El tipo de cambio del dólar en el mercado paralelo en Bolivia ha registrado un aumento preocupante. Este fenómeno ha sido atribuido a la disminución de las reservas internacionales netas (RIN), que han caído de 15.123 millones de dólares en 2014 a 1.709 millones en 2023, según datos del Banco Central de Bolivia. Esta reducción ha incrementado la dependencia del país en el mercado paralelo para la adquisición de dólares, afectando directamente al sector privado formal.
Jean Pierre Antelo, presidente de la Cainco, destacó que esta situación coloca a Bolivia como uno de los países más riesgosos para la inversión en Latinoamérica. La falta de dólares también ha impactado las exportaciones, que cayeron un 25% en el primer trimestre de 2024, mientras que las importaciones disminuyeron un 10%. Estas cifras reflejan un debilitamiento del comercio exterior, fundamental para el equilibrio económico del país.
La escasez de divisas no solo incrementa los costos de las transacciones en el mercado paralelo, sino que también afecta cadenas de suministro esenciales como transporte, seguros y servicios portuarios. Según el exdirector del Banco Central, Gabriel Espinoza, esta situación podría derivar en mayores presiones inflacionarias y un posible desabastecimiento de productos importados, aumentando los costos para consumidores y empresas. Por su parte, autoridades gubernamentales han señalado que la situación responde en parte a especulaciones en el mercado. No obstante, representantes del sector privado insisten en la necesidad de adoptar medidas urgentes que fomenten la estabilidad económica, como políticas que fortalezcan las reservas y reduzcan las trabas al comercio internacional.
Para el empresariado boliviano, el alza del dólar y la escasez de divisas generan incertidumbre y dificultades operativas, desde la adquisición de insumos hasta la competitividad en mercados internacionales. La situación exige estrategias adaptativas y un monitoreo constante del entorno económico para mitigar los riesgos.