Los bloqueos organizados por seguidores del expresidente Evo Morales continúan generando caos en distintas regiones del país. Cochabamba se encuentra completamente aislada debido a los cortes en las rutas, lo que impide el tránsito de personas y mercancías entre Santa Cruz y el occidente boliviano. Estos bloqueos, que suman más de una decena, han provocado un impacto significativo tanto en la movilidad como en la economía de las regiones afectadas.

El sector floricultor, uno de los más perjudicados, ha reportado pérdidas cercanas a 1,5 millones de bolivianos, según información de la Asociación Nacional de Productores de Flores. Los productores de flores, especialmente aquellos con envíos programados a otras partes del país y al extranjero, se han visto gravemente afectados al no poder transportar sus productos a tiempo, lo que ha resultado en daños irreparables debido a la naturaleza perecedera de las flores. «Estamos en una situación crítica; las pérdidas son irreversibles», declaró uno de los líderes del gremio.

En respuesta a la situación, las fuerzas policiales han iniciado operaciones para desbloquear las rutas. Sin embargo, estos intentos han sido recibidos con resistencia violenta por parte de los manifestantes, lo que ha resultado en enfrentamientos y heridos en ambas partes. A pesar de los esfuerzos por restaurar el orden, los bloqueos continúan y la situación sigue siendo tensa. El ministro de Gobierno ha señalado que se están evaluando más acciones para restablecer la circulación en las principales vías del país.

La prolongación de los bloqueos también afecta a otras industrias, como el comercio y el transporte de alimentos, provocando escasez en varias regiones del país y un aumento en los precios de productos básicos. Además, la imposibilidad de movilizar mercancías desde y hacia Cochabamba ha creado cuellos de botella en la cadena de suministro, complicando la distribución de productos esenciales.

La crisis provocada por los bloqueos  no solo afecta a las actividades económicas de Bolivia, sino que también pone en riesgo la estabilidad social del país. Con el paso de los días, la situación se vuelve más crítica y las soluciones parecen cada vez más complejas. Mientras tanto, la población y los sectores afectados esperan una pronta resolución que permita el restablecimiento del tránsito y la actividad económica normal.