El estancamiento de más de 12 millones de litros de combustible pone en riesgo el transporte y la industria boliviana.
Un total de 300 cisternas cargadas de combustible, equivalentes a más de 12 millones de litros, se encuentran bloqueadas en distintas rutas de Cochabamba, afectando gravemente el suministro en varias regiones de Bolivia. La estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos ha emitido un llamado para que se permita el paso de estos vehículos y se evite una posible crisis de desabastecimiento, especialmente en departamentos que dependen del constante flujo de combustibles.
El presidente de YPFB, Armin Dorgathen, advirtió sobre las serias consecuencias económicas y sociales que podrían derivarse de esta situación. «El combustible es esencial no solo para el transporte, sino también para el funcionamiento de industrias y servicios básicos», declaró, subrayando la importancia de liberar las rutas bloqueadas lo antes posible.
Los bloqueos, que se han intensificado en las últimas semanas, responden a diversas demandas sociales y han afectado gravemente la logística en el transporte de productos esenciales. Cochabamba, al ser un punto clave en la distribución de combustible hacia otros departamentos, se ha convertido en el epicentro del problema. Las autoridades han intentado negociar con los sectores movilizados, pero hasta el momento no se ha logrado un acuerdo que permita la circulación de las cisternas.
YPFB ha señalado que, de no resolverse esta situación, las reservas de combustible podrían agotarse en zonas clave como La Paz y Santa Cruz, generando un efecto en cadena que impactaría directamente en la economía nacional. Además, la escasez podría provocar un aumento en los precios de productos y servicios, exacerbando la ya complicada situación económica en el país. A pesar de los esfuerzos de la estatal para asegurar un suministro constante, los bloqueos han imposibilitado que se cumplan los plazos de distribución. En este contexto, varias cámaras empresariales y asociaciones de transporte han expresado su preocupación, pidiendo al Gobierno una solución inmediata para evitar el colapso en la distribución de combustibles.
El ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, ha afirmado que se están realizando gestiones para mediar en el conflicto y garantizar el flujo de los productos esenciales. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha informado sobre una resolución definitiva.