Hasta septiembre de este año, el sector de alimentos registró un superávit de 64 millones de dólares, durante la emergencia sanitaria por el coronavirus. «Hemos tenido un superávit, incluso durante la pandemia, de 64 millones de dólares. En lo inmediato, la salida a esta crisis es (a través) del sector agroproductivo, pecuario, agroindustrial, la industria
Hasta septiembre de este año, el sector de alimentos registró un superávit de 64 millones de dólares, durante la emergencia sanitaria por el coronavirus.
«Hemos tenido un superávit, incluso durante la pandemia, de 64 millones de dólares. En lo inmediato, la salida a esta crisis es (a través) del sector agroproductivo, pecuario, agroindustrial, la industria alimentaria», afirmó el gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez. En ese marco, los empresarios exportadores proponen fortalecer ese sector para superar la crisis económica, agravada por la emergencia sanitaria del COVID-19.
El planteamiento del sector productivo busca materializarse a través de un «pacto social productivo» entre el Gobierno, empresarios y trabajadores, sobre la base metas y objetivos económicos concretos
Rodríguez planteó retomar la propuesta de invertir 13.000 millones de dólares para triplicar la producción de alimentos hasta el 2025.
«El momento que celebremos el Bicentenario, tendríamos 45 millones de toneladas de producción alimentaria, de las cuales estaríamos exportando más de 20 millones de toneladas una vez que el mercado interno esté satisfecho. Para ese momento, habremos creado un millón de fuentes de empleo para los bolivianos», puntualizó.
Rodríguez destacó, a manera de ejemplo, la triplicación de la exportación de carne bovina, en comparación al 2019.
Ente enero y septiembre de 2019, las ventas externas de carne bovina alcanzaron 13 millones de dólares; a septiembre de 2020, esta exportación logró 42 millones de dólares.
Según proyecciones del IBCE, la exportación de ese producto podría alcanzar entre 350 y 500 millones de dólares, dependiendo del apoyo y fortalecimiento a este sector.
La segunda etapa de la propuesta tiene que ver con la sustitución competitiva de importaciones, para alentar la producción de bioetanol y biodiesel, con el objetivo de dejar de importar gasolina y diésel fósil, lo que permitirá ahorrar divisas.
Fuente: ABI