El proyecto impulsado por Tigo y la Institución Financiera de Desarrollo, Crecer-IFD, brinda capacitación en alfabetización tecnológica y créditos para micro empresas, a mujeres de La Paz, Cochabamba, Oruro, Chuquisaca, Potosí, Tarija, Santa Cruz y Pando. En este periodo, muchas de las beneficiadas, se vieron ante la necesidad de reinventar y digitalizar sus negocios. Cursos
- El proyecto impulsado por Tigo y la Institución Financiera de Desarrollo, Crecer-IFD, brinda capacitación en alfabetización tecnológica y créditos para micro empresas, a mujeres de La Paz, Cochabamba, Oruro, Chuquisaca, Potosí, Tarija, Santa Cruz y Pando.
- En este periodo, muchas de las beneficiadas, se vieron ante la necesidad de reinventar y digitalizar sus negocios. Cursos específicos, como el de economía digital, facilitaron la promoción de sus productos o servicios, en redes sociales, para alcanzar más clientes.
Fortalecer la participación femenina en la economía digital es una de las metas que impulsa Tigo. En ese sentido, a propósito del día de la mujer boliviana, la telefónica celebra haber contribuido a que un total de 230 mil emprendedoras del país hayan sido capacitadas en el uso de herramientas digitales y tecnológicas, con el objetivo de impulsar y potenciar sus pequeños y medianos negocios. El programa “Mujeres Conectadas”, creado por la empresa de telecomunicaciones, en alianza con la Institución Financiera de Desarrollo, Crecer IDF, hace posible este importante avance.
“Mujeres Conectadas es uno de nuestros programas más destacados, por eso, en el Día de la Mujer Boliviana, queremos compartir, con mucho orgullo, los logros alcanzados hasta la fecha. Capacitamos a más de 200.000 mujeres emprendedoras bolivianas, en economía digital, en plena pandemia”, explica María Laura Mendoza, gerente de Marca y Comunicación Institucional de Tigo Bolivia. “En esta etapa, gracias al trabajo conjunto entre Crecer IDF y Tigo, fortalecimos el programa con el objetivo de disminuir la brecha digital de género. La experiencia de muchas de las beneficiadas con el proyecto, refleja lo importante que es impulsar este tipo de iniciativas”, añade.
Historias de vida
Desde Vicha, La Paz, Rosmery Quispe cuenta que antes de la pandemia, se dedicaba a la importación y venta de zapatos deportivos. Sin embargo, ante los efectos de la cuarentena, cambió su actividad a la elaboración y venta de chalecos de lana. Gracias a la capacitación recibida en el programa Mujeres Conectadas, ella creó su propia página de Facebook para promocionar sus productos “utilizando tecnología de comunicación pude salir adelante”, según expresa.
Un caso similar es el de Noelia Ibáñez, de Tupiza, Potosí. Antes de la pandemia se dedicaba a la venta de artículos y cosméticos por catálogo, pero frente a la caída de las ventas, incursionó en la elaboración de pizzas, pan, masitas y tortas para todo tipo de acontecimientos. Sus productos los ofrece por grupos de compra y venta de Facebook y WhatsApp. “Gracias a las sesiones de capacitación que tuvimos logré incluir las redes sociales en mi negocio y hoy son mis aliadas”, indica Noelia.
María Teresa Rocha de Vía Loreto, Cochabamba, antes trabajaba como taxista. “Pensábamos que la cuarentena pasaría rápido, sin embargo, eso no ocurrió pronto, por lo que nos vimos en la necesidad de innovar y hacer algo para generar ingresos económicos”, recuerda María Teresa. “Comenzamos con la entrega de pizzas a los vecinos del barrio. Poco después, decidimos extender nuestro negocio utilizando las redes sociales” asegura María Teresa, al referirse a las herramientas que la ayudaron a potenciar su negocio.
Patricia Cortez, de Cobija, antes trabajaba en la elaboración y venta de comida, además de ser asalariada en el sector educación. “Con esta situación que estamos pasando a nivel mundial, no podemos tener abierto el local de comida, ni dar clases”, señala y comenta que junto a su esposo se dedicó a la confección de barbijos y gorros desde casa. “Esta actividad la hemos logrado gracias a la difusión que se logra mediante las redes sociales y los grupos de WhatsApp de amigos, familiares y conocidos”.
Odaly Suárez, de Santa Cruz, se dedica hace muchos años a la producción y venta de salchichas en la tranca de Palometilla, al norte de la ciudad. Allí trabajaba de lunes a sábado. Debido a la falta de transporte en las carreteras, por la cuarentena, empezó a producir pan y a promocionarlo en sus redes sociales. Sus clientes aumentaron, así como sus exigencias, razón por la cual ha incorporado más variedades de panes. Utiliza Whatsapp para realizar los envíos a domicilio, mientras su esposo colabora con la entrega en su motocicleta.
Estas son cinco de las 230.000 mujeres que han logrado salir adelante, reinventarse como emprendedoras y microempresarias. Ellas han podido usar sus conocimientos en tecnología y redes sociales para sobrellevar la pandemia. Durante esta etapa de post confinamiento, Tigo y Crecer continúan realizando las capacitaciones, para que cada vez más mujeres sigan transformando sus vidas y su entorno de forma positiva.