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Si Bolivia fuera una aldea de 100 personas

Si Bolivia fuera una aldea de 100 personas

*Christian Aramayo Arce *Analista Económico Si Bolivia fuera una aldea de 100 personas, 65 serían menores de 29 años y de esos 65, 40 serían menores de 18 años. Casi la mitad serían mujeres. Si Bolivia fuera una aldea de 100 personas, 36 vivirían en situación de pobreza y lamentablemente, la mitad de esos 36

*Christian Aramayo Arce

*Analista Económico

Si Bolivia fuera una aldea de 100 personas, 65 serían menores de 29 años y de esos 65, 40 serían menores de 18 años. Casi la mitad serían mujeres.

Si Bolivia fuera una aldea de 100 personas, 36 vivirían en situación de pobreza y lamentablemente, la mitad de esos 36 estarían en situación de extrema pobreza.

Si Bolivia fuera una aldea de 100 personas, solo 35 estarían satisfechas con la democracia, aunque 70 creerían que la misma puede tener problemas pero admitirían que es el mejor sistema de gobierno.

Si Bolivia fuera una aldea de 100 personas, tan solo 10 creerían que se puede confiar en la mayoría de las personas, y 73 confiarían en la Iglesia.

Si Bolivia fuera una aldea de 100 personas, 7 serían migrantes, 3 no sabrían leer ni escribir, y tan solo 16 alcanzarían el nivel de instrucción superior.

Si Bolivia fuera una aldea de 100 personas, 90 tendrían agua potable y solo la mitad tendría acceso a instalaciones mejoradas de saneamiento.

Si Bolivia fuera una aldea de 100 personas, 91 tendrían acceso a luz eléctrica y 39 tendrían acceso a internet.

Pero tal vez sea importante saber también que si Bolivia fuera una aldea de 100 personas, 75 vivirían en el área urbana y casi la mitad viviría en áreas metropolitanas del país.

Estos y otros datos nos indican que los desafíos históricos de Bolivia para este siglo apuntan a atender demandas sociales en estática y demandas juveniles en dinámica (acceso a servicios, seguridad, educación, empleo y emprendimiento, créditos, etc.) sobre territorios locales como las ciudades intermedias y las áreas metropolitanas. Mientras tanto y como ya lo estamos viviendo, la tecnología será un importante aliado, casi determinante, para la política pública y para las iniciativas privadas; los organismos gubernamentales tendrán que actuar con transparencia y fortalecer la institucionalidad para poder enfrentar contingencias y mejorar la eficiencia adaptativa del país en un contexto global muy cambiante. Para garantizar el éxito de reformas técnica y humanamente prudentes, la élite política tiene que estar interesada en mantener dichas reformas (North: 2006).

Vivimos un contexto histórico donde la evidencia de los datos nos puede dar algunas luces; en los últimos años publicaciones como “El ABC del Desarrollo” (2016) y “Un siglo de Economía en Bolivia” (2018) nos pueden servir de excelentes referencias actualizadas para evitar repetir errores pasados, incidir en las decisiones políticas y -desde nos encontremos- mejorar los indicadores de desarrollo (pensando también en las generaciones futuras), ya que detrás de ellos, se encuentran las vidas de miles de bolivianos.